¡CON UN PAR DE CEJAS!
¿Alguna vez te has detenido a pensar en las cejas? Sí, esas dos líneas peludas (o no tan peludas, dependiendo de tu suerte genética) que coronan nuestros ojos. Ahí están, presidiendo el rostro con una actitud de "mira cuánto mando". Porque claro, las cejas no solo están para protegernos del sudor que baja por la frente (gracias por eso, por cierto), sino también para darle ese toque dramático a nuestras expresiones.
Imagina por un momento un mundo sin cejas. La gente caminando por ahí con la frente despejada, sin esas pequeñas obras de arte peludas que se arquean en sorpresa, se fruncen en enojo o se levantan en incredulidad (como cuando alguien te dice que ha dejado el azúcar por completo). Sería un desastre, ¡un auténtico apocalipsis de expresiones faciales!
Y aquí es donde (otra vez más) la naturaleza decidió darle un toque de humor a nuestras vidas. Porque no solo tenemos cejas, sino que también se convierten en una pesadilla para mantener. Ahí estamos, cada semana, frente al espejo, pinza en mano, luchando contra ese pelo rebelde que decidió salir de su línea perfecta (como si tuviera vida propia y estuviera en una misión de sabotaje).
Y claro, no olvidemos la moda de las cejas. Un día delgadas como hilos, al siguiente gruesas y tupidas como selvas amazónicas. Ahí estamos, intentando seguir el ritmo, pintándolas, depilándolas, rellenándolas, porque sí, las cejas también tienen su propio desfile de alta costura.
Pero lo mejor de todo es cuando te encuentras con alguien que ha decidido tomar el control total y se las ha tatuado. ¡Tatuadas! Porque nada dice "confío en mis decisiones" como tener un par de cejas permanentes en tu cara. Eso sí, siempre queda el consuelo de que, pase lo que pase, las cejas están ahí para quedarse, haciendo su trabajo (bueno o malo) y dándonos razones para reírnos un poco de nosotros mismos.
Así que la próxima vez que te quejes de esa ceja que no coopera, recuerda: al menos tienes algo de qué quejarte, porque sin ellas, seríamos un lienzo en blanco (y francamente, un poco más aburridos).
«La soledad no es estar solo, es estar vacío» (María Gripe, nacida el 25 de julio de 1923 esta escritora sueca aunque vivía en un país bastante frío, no consta que hubiera fallecido por llevar el apellido que llevaba)
Y como hoy no he encontrado un@ autor@ que coincidiese con la efeméride y me gustase, he decidido crear mi propia canción con la ayuda de mi amiga IA. Acepto peticiones para un futuro si queréis que os dedique una canción o se la dedique a tercer@s.
Celles increïbles
Al barri vell, en Joan passejava cada nit amb un somriure dibuixat per les llums de neó. No era conegut pels seus èxits ni per les seves aventures, sinó per les seves celles, que semblaven parlar un llenguatge propi. Les celles d'en Joan, tan expressives, captivaven tothom que les mirava. Una nit, la Júlia va veure-hi una història de somnis perduts i esperances trobades. Van intercanviar una mirada, i les celles d'en Joan van traçar un futur que ni les paraules podrien descriure. Així, en aquell racó il·luminat, va començar una història sense fi.
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