viernes, 26 de julio de 2024

 EL ENIGMA DE UN BESO


Después de tanta palabrería, hizo su movimiento y me dio un beso. Pero, cuando sus labios, tan fríos como un témpano de hielo, se presionaron contra los míos, sentí que había mucho más en él de lo que sus palabras dejaban entrever. Sus ojos, que hasta entonces habían esquivado los míos, se fijaron en mi mirada con una intensidad que desarmaba cualquier resistencia. En ese contacto fugaz, se revelaron historias no contadas, secretos escondidos en lo más profundo de su ser. En ese instante, el tiempo pareció detenerse, y comprendí que las palabras jamás serían suficientes para descifrar el enigma que era él.

«Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia dentro, despierta» (Carl Gustav Jung, nacido el 26 de julio de 1875 y que se pasó toda su vida muy despierto para que su colega Freud no le analizase sus sueños)

Él dejó de vivir al límite y dentro de él hace justo un año. Y eso para que luego digamos que sólo hicieron una canción: ahí tenéis otra.

A l'últim respir

El cotxe, un monstre de ferro rugint, escampava fum i desesperació. La carretera, una cinta interminable que s'estenia fins a l'horitzó, semblava burlarse de la seva obstinació. Havia empès el motor al límit, igual que havia fet amb la seva relació. Ara, amb el motor encalfat i el cor a punt d'esclatar, entenia que havia arribat a l'últim respir. Al davant, la foscor; darrere, un passat que cremava.

 

 

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