SALVADOS POR LA OREJA DE P. DONALD TRUMP
Es sospechoso que, horas después de que el ejército israelí asesinara a 90 palestinos en la Franja de Gaza, un joven de 20 años (dicen) disparara contra el candidato P. Donald Trump, causándole heridas leves en una oreja. Este evento ha logrado dos cosas: primero, desviar la atención del genocidio israelí, que aprovechando el incidente con la oreja de Trump, ha asesinado a otras 80 personas más; y segundo, aumentar la popularidad de P. Donald Trump frente a Biden. Un disparo, literalmente certero, el del joven, quien fue conveniente e inmediatamente “abatido” por los servicios de seguridad del candidato, no fuera que decidiera hablar si lo dejaban vivo.
A raíz de este episodio, me surge una duda: si hasta el momento P. Donald Trump era, ante los ojos del mundo, el villano de la historia, ¿quiere eso decir que quien le disparó era uno de los buenos? Tal vez necesitemos revisar nuestros conceptos.
«La verdad, como la luz, a veces se revela por los contrastes» (William Paley, nacido el 14 de julio de 1743 para invitarnos a pensar por nosotr@s mism@s. No todo lo que vemos es lo que parece, ni todo lo que nos cuentan es la verdad de lo sucedido. Un consejo: cuestionarlo todo siempre)
Hoy hace 21 años que se fue a hacer compañía a quién le canta en la canción. Los dos muy "amigüitos" del los EE.UU. Avui estic revolucionari...
L'últim adéu
El Che, amb la mirada ferma i un somriure desafident, va tancar la porta de la cabana. La llum tènue de la lluna l'acompanyava mentre s'enfonsava en la nit. El soroll de les fulles sota les seves botes era l'únic testimoni del seu viatge solitari.
En la distància, la cançó "Hasta siempre, Comandante" ressonava com un eco del passat, un record dels seus companys i de la lluita per la llibertat. Un llamp va il·luminar el cel, revelant un camí empinat que s'enfilava cap a les muntanyes. El Che va apretar el pas, sabent que el seu destí l'esperava.
Amb cada pas, la cançó s'esvaïa, però les seves paraules van romandre gravades en el seu cor: "Com un soldat que va a la guerra". El Che va arribar al cim, on la vista era infinita. Va aixecar el cap cap al cel i va respirar aire fresc. Un somriure va aparèixer als seus llavis mentre pronunciava les seves últimes paraules: "Hasta siempre, Revolución".
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