domingo, 9 de febrero de 2025

 EL QUE NO DEBE SER RECORDADO

Tardé exactamente tres minutos y veintisiete segundos en borrar a Lucía de mi vida. Un récord. Sin miramientos, sin vacilaciones. WhatsApp: bloqueada. Instagram: unfollow y luego bloquear, para evitar la tentación de revisar sus historias. Spotify: eliminar listas compartidas y dejar de seguir la suya. Amazon Prime: desvincular la cuenta que compartíamos, aunque eso significara perder el historial de 'series por ver'.

Luego vino la fase avanzada: amigos en común. Filtré los contactos, silenciando a los que, en algún momento, podrían mencionarla. El algoritmo de las redes sociales no tardó en reaccionar. De repente, mi feed se convirtió en un santuario de motivación: "Ama tu soledad", "Lo mejor está por venir", "Si no te busca, no le importas". Una sobredosis de resiliencia prefabricada.

Pero no bastaba. El problema del ‘Síndrome de Voldemort’ es que el cerebro es un rebelde. Se niega a aceptar que alguien ha desaparecido solo porque uno lo ha decidido. La memoria es caprichosa, y me di cuenta de que Lucía seguía en todas partes. En mi camiseta gris, la que ella odiaba porque “parecía de vagabundo". En la alarma que sonaba a las siete, programada para que fuéramos juntos al gimnasio. En el bol de cereales que, por primera vez en años, tuve que comprar solo.

Así que la estrategia se intensificó. Dejé de frecuentar los bares que visitábamos. Cambié mi ruta al trabajo. Alquilé una habitación más cara, en un barrio al que ella jamás iría. Pensé en mudarme de ciudad, pero eso requería demasiado esfuerzo. Opté, en su lugar, por un exorcismo digital: una limpieza completa de mi nube. Correo electrónico, Google Photos, hasta los archivos ocultos de la carpeta ‘varios’ en mi disco duro. Nada debía quedar. Ni una sola imagen. Ni un solo rastro.

Durante un tiempo, la vida pareció obedecerme. Me convencí de que lo había logrado. Pero el problema con el ‘Síndrome de Voldemort’ es que la memoria, cuando la reprimes demasiado, cobra venganza. Y lo hace de la forma más absurda. Un día, en medio de una reunión de trabajo, la escuché. O creí hacerlo. Su risa, ese sonido entre carcajada y tos asmática. Miré alrededor, casi seguro de que estaba allí. No lo estaba, claro. Pero el sonido se quedó, como un eco maldito.

Esa noche, revisé mi teléfono. Abrí la galería en un impulso masoquista. Nada. Ni una foto. Ni un video. Pero el vacío era peor. No saber si en algún rincón de mi memoria se me estaba borrando su rostro me llenó de pánico. ¿De qué sirve olvidar a alguien si al final lo que queda es un hueco, un glitch en el sistema?

Y entonces, sin pensarlo, escribí su nombre en Google. Un acto desesperado, casi biológico. Esperando encontrar algo, cualquier cosa. Y ahí estaba ella, en una foto de perfil, sonriendo en la boda de un amigo en común. Se veía feliz. Me pareció extraño, porque en mi recuerdo Lucía siempre tenía una expresión mezcla de escepticismo y sarcasmo. Ahí entendí la trampa. No puedes borrar a alguien sin borrar una parte de ti. Y, en algún punto, sin darme cuenta, me convertí en el fantasma de mi propia historia.

«La verdad no cambia porque no sea creída por la mayoría de las personas» (Giordano Bruno, nacido el 9 de febrero de 1548 para explorar esas verdades que no fueron ni son creídas por la mayoría de las personas)

Y que cumplas muchos más de los 85 de hoy en compañía de tus amiguitos, esos con los que inventastes la música instrumental.

Genets en el cel

El vent xiula sobre la plana com un udol de llops fantasmes. A l'horitzó, entre la pols daurada del capvespre, apareixen siluetes a cavall, ombres projectades per una lluna sense clemència.

Van vestits de negre, ulls buits, rostres d’aquells que ja no haurien de ser. Les seves muntures no deixen rastre sobre la terra, com si cavalquessin damunt l'aire, condemnats a perseguir una presa que mai no atraparan.

Els hem vist tots, algun cop. A la corba d’un camí solitari, al reflex d’un bassal, en el crit d’un ocell nocturn. Genets de l’ombra, recordant-nos que el temps no s’atura, però tampoc oblida.


 

 

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