TEMPUS FUGIT 

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Tempus fugit, decían los romanos. Y qué razón tenían. A veces pienso que deberíamos grabar esa frase en la parte interna de los párpados, para recordarla con cada pestañeo. Pero no sería suficiente, claro; porque olvidar la fugacidad del tiempo no es un descuido, es un acto deliberado, una defensa que inventamos contra la angustia.

Miras atrás y ves una sucesión de instantes, cada uno valioso, cada uno perdido. ¿Qué has hecho con esos minutos, con esas horas que jurabas aprovechar al máximo? Si somos sinceros, no mucho. Probablemente distraerte, planificar en vano, desear lo que no tienes o intentar retener lo que ya se escapa entre tus dedos. Lo absurdo es que el presente, el ahora que tanto reivindicas, se desvanece mientras lo nombras, tan volátil como un perfume barato.

La paradoja no es solo la rapidez con la que todo pasa, sino la lentitud con la que comprendemos que sucede. Vivimos anestesiados por la idea de que siempre habrá tiempo: tiempo para amar más profundamente, tiempo para decir lo importante, tiempo para perdonar o pedir perdón, tiempo para ser, simplemente, nosotros mismos. Pero un día, de golpe, ese tiempo ya no existe, y quedamos petrificados frente al espejo preguntándonos cómo demonios hemos llegado hasta aquí.

"Tempus fugit" no debería ser una frase más para tatuar en un brazo juvenil, debería ser un recordatorio severo, una cicatriz permanente en la conciencia. Quizás así aprenderíamos a amar con urgencia, a vivir con la intensidad del condenado y a reconocer que, aunque el tiempo huya, nuestro mayor error es permitirnos el lujo de creer que podemos atraparlo.

"Olvidar que el tiempo huye no es un error, es la excusa que nos damos para no vivirlo de verdad." (JAMM)

(*) Així era jo de jove... segons una de les meves netes, Coral. I sí, li agrada el futbol. 

Aquesta cançó, 'Time',  no és només una cançó, és una part essencial de la meva vida. És una part de mi.

«I de sobte, un dia t’adones / que has deixat enrere deu anys / ningú no et va dir quan havies de córrer / i vas perdre el tret de sortida»