lunes, 21 de julio de 2025

 VISTAS


Desde hace tres semanas no hay mensajes. No hay respuestas.

Pero hay vistas.

La pequeña notificación aparece siempre igual: “visto hace 4 horas”, “visto hace 23 minutos”, “visto ahora”.

Es lo único que queda.

Y eso, para Laura, cuenta.

La relación no era una relación. Era una cadena de mensajes largos, fotos de platos compartidos, notas de voz que empezaban con un suspiro y acababan con un "bueno, eso". Era un “a ver qué pasa” que nunca se transformó en “vamos a vernos”.

Pero había una constancia, un calor tenue. Como la luz que se cuela bajo la puerta de un cuarto al que no te han invitado, pero del que tampoco te han echado.

Ahora no hay palabras. Solo un eco digital: él lo ha visto.
El último mensaje de Laura era corto:

“Si te apetece, aquí estoy.”

Ninguna respuesta. Solo una story visualizada a los doce minutos.

Laura se pregunta si esa reacción muda significa algo. Si es su manera de decir "yo también". Si el corazón puede expresarse con un “visto”.

Luego se enfada por pensarlo. Luego se perdona.

Después de todo, ella también lo ha hecho: dejar mensajes flotando sin contestar, aplazar respuestas por no saber cómo. Pero nunca a alguien que le importaba.

Hoy entra a Instagram con la intención de bloquearlo.

Pero antes ve que ha subido una foto: un café, un libro, una frase tipo “reconectando con uno mismo”.

Le da rabia. Le da ternura. Le da igual. Le da todo.

Suspira.

Lo ve.

No dice nada.

Cierra la app.

Y ahora es ella la que ha dejado una historia sin responder.

«El medio es el mensaje» (Marshall McLuhan, nacido el 21 de julio de 1911 para acuñar la celebrada frase que leéis algun@s. Tenía y sigue teniendo razón: no es lo mismo leer “La Razón” que “Mundo Obrero”)

Y que cumplas muchos más de los 76 de hoy para seguir representado a la canción "pastel" que tanto nos gusta a l@s de épocas pretéritas. 


Paisatge oblidat

El penya-segat encara guarda l’alè d’aquell crit que no vas arribar a fer.

La mar, com una veu cansada, segueix repetint el teu nom sense saber per què.

Hi ha petjades a la sorra que no són teves ni meves, potser d’aquella versió nostra que no vam atrevir-nos a ser.

Quan el sol cau, les ombres s’ajunten i fan veure que s’estimen.

I jo? Jo visc en aquest paisatge que vas pintar amb paraules tristes.

Només hi falta tu. Sempre tu.
Però ja no vull mirar.
Ja no.

 


 

3 comentarios: