viernes, 5 de septiembre de 2025

LO ESENCIAL

No sabíamos si era mañana o tarde. El cielo, con esa cara fija de funcionario agotado, llevaba días sin levantar la vista del mostrador. En la fila, las cacerolas parecían flores marchitas buscando lluvia. La mía pesaba más que mi hija.

Una mujer alzó el cazo de su niña por encima de las cabezas, como quien le recuerda al aire sus obligaciones. No lloraba: las lágrimas son una moneda cara y guardaba el último puñado para cuando la fiebre reclame intereses.

Los niños olían a hollín y hierro viejo. Sus tripas hacían ese ruido de radio sorda que se queda buscando una emisora que ya no existe.

—¿Duele morirse de hambre? —preguntó uno.

—Más duele seguir —contestó otro, sin dramatismo, como quien enumera las tablas de multiplicar.

El altavoz, con voz de lata, decretó:

—Hoy, ración de lo esencial para la continuidad de la vida. Ni un gramo más.

La palabra “esencial” se paseó por la cola como un perro sin amo. ¿Esencial incluía el paracetamol de la abuela cuando empiezan los espasmos? ¿El abrazo que anestesia a los niños a las tres de la mañana? ¿El pañal que ya no aguanta otra noche? ¿El jabón para lavar la culpa?

Nadie se movió. Sostuvimos los cazos en alto hasta que nos dolieron los hombros, como si el cansancio fuera un documento de identidad. En algún lugar alguien anotaba: número de familia, litros, silencio firmado. Me vi desde afuera, diminuta, con mi olla alzada: una estatua temporal, patrimonio del hambre.

El aire, por si acaso, no trajo nada. Solo pasó lista.

—¿Qué toca hoy? —preguntó mi hija.

—Lo esencial —dije.

Le di el último trozo de pan que no estaba en la lista.

 «La persona y su libertad son entidades necesitadas no de conservación, sino de conquista.» (Los filósofos marxistas como Manuel Sacristán, nacido el 5 de setiembre de 1925, suelen tener un lenguaje y una actitud guerrera. Curiosamente a Sacristán lo “convirtieron” a la fe del marxismo en Barcelona y eso que venía del otro extremo del arco político: Falange española. En cuanto se enteraron de su conversión empezaron los problemas para él)

Hace justo un año que se fue a bailar a la habitación de al lado el compositor y autor de la música del vídeo que tod@s, absolutamente tod@s, hemos bailado alguna vez... o intentado hacerlo.

Samba contra el dilluns

El dilluns feia cara de pessigolleig mal girat. Al carrer, una parada de fruita marcava compassos amb caixes buides. Un noi amb sandàlies picava els palmells, una dona amb davantal xiulava fora de to. Se m’han descordat els dies de les butxaques i han caigut com monedes a la vorera: clinc, clinc, clinc. El soroll s’ha tornat roda; jo, una cama tímida que prova. La ciutat, mandrosa, ha badallat a ritme de samba. Algú ha cridat: “Deixa-ho córrer”. No he pogut. El ritme m’ha arrossegat més que qualsevol consell.


 

 

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