EL VIAJE DE LA ATLÁNTIDA (I)

Detrás de un robusto escritorio de caoba, el profesor Maximilian garabateaba furiosamente en su cuaderno, sus tiesos bigotes grises se agitaban con cada trazo enfático de su pluma.

—¡Eureka! —exclamó, sobresaltando a su joven ayudante que dormitaba en un rincón—. Lo tengo, muchacho. ¡La prueba definitiva de que la Atlántida era en realidad un ovni extraterrestre!

El joven se frotó los ojos y bostezó.

—Perdone, profesor. Me temo que anoche me quedé hasta muy tarde descifrando esos pergaminos que encontró en las ruinas submarinas. ¿Decía algo sobre ovnis?

—Así es, jovencito —declaró el profesor, blandiendo su cuaderno con un brillo triunfal en la mirada—. Verá, según mis cálculos, la Atlántida coincidía perfectamente con la descripción de las naves extraterrestres avistadas a lo largo de la historia. ¡Era un ovni camuflado como una isla!

El ayudante enarcó una ceja, escéptico.

—¿Y se puede saber en qué basa tan... imaginativa teoría?

—Elemental, mi estimado muchacho —replicó el profesor, encendiendo su pipa—. Basta analizar los relatos de Platón y otros autores clásicos que describen una avanzada civilización con tecnología imposible para la época. ¡Claramente eran extraterrestres! Además, dicen que la isla desapareció en una sola noche. ¿Qué otra cosa que no sea un ovni sería capaz de tal hazaña?

El joven suspiró, resignado ante la obstinada convicción de su mentor. Esta no era la primera teoría excéntrica del brillante pero peculiar profesor Maximilian. Sin embargo, su entusiasmo era contagioso.

—Supongamos que tiene razón —dijo el ayudante—. ¿Cómo explica que nadie haya visto a la Atlántida-ovni desde su desaparición? Han pasado milenios.

—Excelente pregunta, muchacho —sonrió el profesor—. Verá, creo que la nave se averió al sumergirse y ha permanecido oculta en las profundidades oceánicas desde entonces. Pero si pudiéramos localizarla, imagínese los tesoros tecnológicos que podríamos descubrir. ¡Sería el hallazgo arqueológico del milenio! Debemos organizar una expedición de inmediato.

Mientras el entusiasta profesor preparaba su equipo de buceo, el joven ayudante contemplaba el crepitar del fuego. ¿Tendría razón esta vez el excéntrico Maximilian? ¿Hallarían los restos de una civilización extraterrestre o solo las ruinas de la legendaria Atlántida?

"El dinero y los títulos pueden ser hereditarios", decía, "pero la inteligencia no" (Emma Orczy, una aristócrata de título heredado–y escritora- nacida el 23 de setiembre de 1865 poco corriente no sólo por su origen húngaro, sino por su nacimiento británico. Toda una declaración de intenciones)

Ray Charles ya no cumplirá más años (hoy hubiese cumplido 93) pero su versión de "Yesterday" será eterna ¡Cómo me gusta esa canción, por favor!. Julio Iglesias, que hoy cumple 80 años, tiene mala suerte de compartir fecha de aniversario con grandes ilustres como el del vídeo" y Bruce Springsteen. Ho tens clar!