POR POQUÍSIMO
No te atropelló el autobús por poco: yo vi cómo el 59 se bebía el ámbar del semáforo y tú, con ese orgullo doméstico de cruzar sin mirar, te quedaste a un palmo de la chapa. El conductor sacó la mano por la ventana, hizo un gesto como de espantar moscas: la vida, dijo con los dedos.
Por poco no te tocó la lotería: tenías el 21347 y salió el 21342. Te reíste con esa elegancia pobre del que no quiere que la esperanza se le note. Te besé la frente como si se pudiera consolar un casi. No se puede.
No llegaste a tiempo por poco: el cercanías paró en Sants y el ascensor decidió hacer huelga; subiste de dos en dos, jadeando, y la puerta del AVE te cerró el hocico en las narices. El mensaje en la pantalla: “Salida puntual”. Qué gracioso eso de la puntualidad ajena.
Por poco no era tu talla: el vestido negro que decía “tú” en el escaparate resultó ser otra chica. La dependienta repitió “te sienta bien” como si fuera un himno; tú sonreíste aprendiendo la gramática del casi.
Por poco no nos acostamos aquella noche, por poco no volvimos a vernos, por poco no aprendí que “por poco” y “por mucho” comparten filo.
Porque al final todo se decide en el borde: la chapa del bus, la cifra exacta, la puerta que encaja, el tejido que cede, el artículo que entra, la piel que acepta. El golpe no mide la distancia, mide el después. Un milímetro o un océano dejan la misma marca si no llegas.
Hoy, en la cama deshecha, Barcelona cuelga la ropa al viento y tú duermes de lado, dueña de ese centímetro que no me atreví a ocupar. Me acuerdo del autobús, del número, del ascensor, del vestido, del dictamen, y entiendo por fin la aritmética secreta: se pierde igual por un pelo que por una era.
Te beso el hueco del cuello, lo que casi no es beso. Y, por poquísimo, la vida pasa a mi favor.
«Las personas sanas son enfermos que no lo saben.» (Aunque era escritor esta frase la escribió Jules Romains entre el 26 de agosto de 1885 y el 14 de agosto de 1972. El sí que pudo decir que “por poquísimo” no le dieron el premio Nobel de literatura: estuvo nominado 16 veces)
Hoy cumple 49 años y le deseo que cumpla muchos más sólo por la canción del vídeo que me pone nostálgicamente alegre... Bueno, algo parecido que no sabría definir muy bien.
Herbari de diumenges
Dins el calaix guardo pètals que van ser diumenge, una rosa dissecada entre factures i tiquets que no revelen res. Em vaig aprendre de memòria el repic de les sis i el soroll estúpid de l’ascensor quan no eres tu. La ciutat feia olor de pluja barata; jo, de promeses guardades massa temps. Em vaig jurar oblidar-te i vaig fer-ho a mitges: t’oblido cada matí i et recordo en diminut, com una falta d’ortografia. Avui, finalment, poso l’herbari al sol. Que s’escoli el teu nom per l’esvoranc de la llum.
Iba distraída, se me olvidó que llegabas en el 59. Me encantan tus historias!
ResponderEliminarHoy es el 59 mañana puede ser otro número. Permanece atent@ a tu pantalla. :)
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